El ambiguo deseo llamado Cris Uno Sólo eso se conocia de aquel personaje de pelo muy largo negro rasgos muy femeninos silueta delgada y un andar que cualquier modelo envidiaría. Sus gestos eran casi perfectos aunque no había dudas de que no pretendía pasar por mujer sino que se sabía un revolucionario y ambiguo deseo que provocó sensaciones varias en aquellos que en aquel momento nos creíamos revolucionarios. Varios esquemas se nos cayeron al piso ante esa imagen que significaba mucho más que muchas palabras y teorías y que convenció a toda una elite de aceptar lo que nunca hubiera creído posible. Entonces le propuse participar de una obra de teatro con un papel bastante complicado que no titubeó en aceptar. Mientras transcurrían los ensayos nunca dejó de sorprender a todos su increíble energía positiva y un talento expresivo que nunca se le permitió desarrollar. El año que duraron los ensayos me permitió conocer a este ser maravilloso y desde ese momento fuimos hermanas de la vida, del amor sufrido, de las derrotas y los prejuicios de los pseudo artistas del llamado “ambiente gay”. Teníamos otro objetivos y yo estaba convencida que Cris iba a caminar la historia, había una sensación como de que ella era la elegida, de que nadie se podía resistir a su seducción sutil y a la vez maravillosamente libertaria. Dos. Carta para Cris Miro por su amiga @jorgelinabelardo Hoy se cumplen 22 años del fallecimiento de la artista Cris Miro. Fue actriz, bailarina y la primera vedette travesti de la revista porteña aceptada masivamente. Fue una figura emblemática en los años 90s. debutó como primera figura en Viva la Revista en el teatro Maipo. Rápidamente logró notoriedad y saltó a la fama popularizando el arte del travestismo en la revista porteña y, sin proponérselo, abrió el debate en la sociedad argentina sobre la marginalidad y exclusión del colectivo trans en una época cuando los edictos policiales aún condenaban con arresto a quienes vistiesen ropas contrarias a su